jueves, 13 de diciembre de 2012

Capítulo 68



Novela: “Esta es mi historia, no un cuento de hadas

Capitulo sesenta y ocho

Paulina: Veni sentate acá –saco una navaja de su bolsillo-
Maca: Que haces Paulina!? Guarda eso estás loca! –sorprendida y asustada-
Paulina: Si por Yago, a si que ahora haceme caso si no queres que te atraviese esto –enojada-
Maca: Sabias que Yago se va a enojar con vos si me haces algo!?
Paulina: Nunca se va a enterar que fui yo –pausa- ahora haceme caso y sentate –me obligo, y yo me senté. Ella saco de un mueble que estaba ahí, sin quitarme los ojos de encima, una soga. Me ato las manos, y luego, ato todo mi cuerpo a la silla-
Maca: Que estas por hacer! Soltame esto me apreta mucho, Paulina estás loca –grite-
Paulina: Callate nena que te escuchan! –muy histérica, con su navaja me cortó la parte de la pierna, una cortadura común, pero me dolió-
Maca: Aaay estúpida me lastimaste! –llorando-
Paulina: Te lo debía por la cachetada –rio, y empujo mi silla hacia la cocina. Movió la mesa, y me alejo de todas las cosas. Puso una cinta en mi boca- listo –sonrió- Ahora, yo no voy a ser la que te voy a matar –mis ojos se abrieron, asustados. Empecé a soltar unas lagrimas- No llores, si esto dura poco y no te va a doler –no sé que hizo, ya que estaba de espaldas- sentís el olor? –respire- es gas… si amor, gas natural. Tenes suerte si alguien te salva –rio de nuevo, saco un bolso y se despidió- chau Macarena! Ojala que tu hija me acepte como su nueva madre… le voy a dar todos los regalos que quiera y… -su sonrisa se agrando- quizás le pueda dar otra hija mas –rio a carcajadas- chau, me voy –me cerro todas las ventanas y puertas, y se fue del departamento, dejándolo con llave-

El gas natural, salía muy rápido. Ya que podía sentir ese olor… No podía gritar, tenía una cinta en mi boca, no me podía mover, la silla en la cual me sentó era demasiado pesada y estaba, además, toda atada. Me complicaba mucho esto.
Estaba llorando, preocupada. Sabía que no había forma de moverme, de escapar. Lo único que quedaba era esperanzas de que alguien venga y me libere de esto… no quería morir. Victoria me necesitaba. Yago me necesitaba.

En el trabajo de Yago.

Yago: Serian cuatrocientos pesos –le dije al cliente- gracias –me pago. Cuando se fue, mi celular comenzó a sonar-

-Conversación telefónica-

Yago: Hola?
-Hola estoy hablando con el sr. Muñoz?
Yago: Si, pero perdón, ahora no puedo porque estoy en el trabajo… -en voz baja-
-Esto es que te quería preguntar, si dejaste abierta la llave de gas, porque cuando pase a limpiar el pasillo sentí un poco de olor
Yago: No, hace bastante que no entro, pero hoy fue mi novia a retirar unas cosas de ahí, ya le pregunto y cualquier cosa te aviso
-Dale, gracias –corto-

-Fin de la conversación telefónica-

-Muñoz! –dijo mi jefe-
Yago: Perdón, puedo realizas un llamado, es urgente –le dije preocupado-
-Está bien, pero la próxima me avisás

Me dio permiso, y me fui a hablar por teléfono a otro lugar. Marcaba, y marcaba el número de Maca, pero no me atendía. Era muy raro, ya que siempre atendía. En eso, una chica alta, rubia de ojos marrones me nombro.

-Yago, amor como estas? –sonrió-
Yago: Pau, ya te dije que estoy con Macarena! –enojado-
Paulina: No te preocupes que de ella ya me encargue, a si que podemos estar juntos, sin que te de lastima la madre soltera –se me acerco a los labios pero la empuje-
Yago: Que le hiciste! –alterado-
Paulina: Nada –dijo inocente-
-Muñoz, no es la forma de tratar a una cliente! –enfadado me lo dijo-
Yago: Algo le hizo a mi novia, perdón me tengo que ir…

Salí corriendo del local. Me fui hasta el estacionamiento, subí al auto, mientras aun marcaba el número de Maca, peor no me atendía. Llegue al departamento, me abrió el portero, y rápidamente subí aquellas escaleras.

Yago: Maca! Maca –golpeaba fuerte la puerta, pero nadie me atendía. Y si, el olor a gas se sentía, pero no muy fuerte. Al no atenderme nadie y estar desesperado, empuje la puerta tan fuerte, que se abrió. El olor aquel, era más fuerte cada vez, abrí rápido la puerta de la cocina, y la encontré a Macarena, toda atada, con una herida en su pierna, y con la llave de gas prendida. Lo primero que hice fue apagar eso, para evitar un accidente, quite con unas tijeras que estaban a mi alcance, las sogas que la ataban- Amor, vas a estar bien –la levante y estaba toda fría- te vas aponer bien te lo prometo –entre lagrimas, baje rápido las escaleras- Abrí las ventanas de mi departamento, y llama a la policía por favor –le dije al portero y me fui corriendo hacia el auto- Maca, por favor despertarte –ya con el auto andando- te tenes que poner bien, tenes que ser fuerte por Victoria… y por mí, por favor, abrí los ojos  –llorando. Llegue al hospital más cercano, donde la baje, y velozmente, un grupo de médicos la pusieron en una camilla, con un respirador. Yo quise entrar con ella, pero no me dejaron-


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1 comentario:

  1. O.o! ajjaja reloca pau ahahsa! me mata de risa cuando estaba desgreñada! :D seguila! yago todo sexy *-* xd

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