viernes, 15 de noviembre de 2013

Capítulo 92

Novela: “Esta es mi historia, no un cuento de hadas”

Capitulo noventa y dos

Estaba sentada en la cama, esperando a que el venga y me diga “perdón” no se algo así. Pero no apareció. Pasaron unos quince minutos y sentí que abrieron y cerraron la puerta. Yo sorprendida, me fui hacia el living.

Macarena: Yago? –ingrese y no estaba- no me digas… -hablaba sola- no te vas a hacer cargo Yago te odio –tirándome al sofá a llorar-

Estuve llorando una o dos horas, y me quede dormida. Me levante tipo siete y media por el llanto de Victoria. Me lave la cara y la fui a buscar para darle la leche.

Victoria: -con su mamadera- y papá?
Macarena: No se, salió hace rato
Victoria: donde? –pregunto-
Macarena: No se Vicky, no se –un poco histérica-
Victoria: me das esas galletitas?-pregunto y se las di-
Victoria: gacias –se fue a su cuarto a jugar-

Las horas iban pasando, y Yago no volvía. Era la hora de la cena, y con Vicky ya estábamos comiendo. Al terminar hice que se durmiese y luego, agotada, me fui yo a mi cama.
Al día siguiente, domingo me levante y mire hacia el lugar donde Yago siempre dormía en la cama, pero no se encontraba. La cama de esa parte aun estaba tendida. Nuevamente me largue a llorar, no podía creer lo que me hacía. Nos hacía. A mí, a Vicky, y por su puesto a mi futuro hijo o hija.
Me quede un rato en la cama pensando, y luego me fui a preparar el desayuno, y la leche para Victoria. A los pocos minutos ella se despertó y desayunamos juntas. Toda la hora me preguntaba cosas que no tenían respuestas. Como “donde esta papá” “porque se fue” “cuando vuelve” etc.
Lunes se hizo presente y tenía que ir a la facultad, Fanny, re buena como siempre, esperaba a que me vaya así ella se encarga de llevarla a Vicky al jardincito. En la facultad preste atención como pude, y así pasaron las horas. En mi auto, me dirigí a buscarla a Vicky y de ahí nos fuimos a la casa a almorzar.
Y bueno… así paso la semana, ya era sábado y Yago no regresaba, todos los días lo llamaba pero me daba la contestadora, le enviaba mensajes y no me atendía. Otra vez, se borro del mapa. De nuevo, esta historia se repite. Soy madre soltera. Nuevamente.

Ya era de noche cuando hice dormir a Vicky en su cama. Cuando estaba terminando de lavar los platos sentí que la puerta se abría.

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