viernes, 9 de noviembre de 2012

Capítulo 46


Novela: “Esta es mi historia, no un cuento de hadas

Capitulo cuarenta y seis

Seguimos besándonos con ternura, con su pie, cerró la puerta y la trabo con su mano –aun me besaba- para luego ponerlas delicadamente en mi cintura. Íbamos retrocediendo, acercándonos cada vez más a esa cama de dos plazas que estaba en mi cuarto.
Caímos suavemente a la cama, el me quito mi remera y yo, con la ayuda de él –por mi brazo- le quite la suya. Nos ayudaba el hecho que ninguno de los dos llevaba campera, nos las sacamos antes, ya que en la cocina donde estábamos comiendo, hacía calor. Yago, continúo con el siguiente movimiento. Mis jeans eran rápidamente retirados de mi cuerpo, y él, esta vez con mi ayuda, se saco los suyos. Ambos estábamos en ropa interior, lo único que faltaba. Esas prendan desaparecieron en menos de cinco minutos.
Y ahora, de nuevo. Estábamos como vinimos a este mundo. Con mucho cuidado, él se introdujo en mi. Nos hicimos uno.
Todo lo que hacía, era con amor, mucho amor, dulzura, despacio, y más amor.
Luego de haber hecho aquel acto de amor, me puse su remera –la de Yago- y un short que tenia por ahí, mientras que él solo estaba en bóxers. Me acosté y nos tapamos.

Yago: Te amo –me dijo tierno-
Maca: Te amo –sonreí y me acosté en su pecho-

Eran como las cuatro de la mañana, cuando me levante por el frio. Yago estaba todo bien tapado,Peter, yo no tenía nada. Y era obvio, si cuando hicimos “eso” destendimos la cama, y por cansancio no nos dimos cuenta.

Maca: Yago… amor –moviéndolo-
Yago: Qué pasa? –con sus ojos cerrados-
Maca: Tengo frio –con una voz dulce y tierna-
Yago: -me vio que no tenía nada, yo estaba como “hecha bolita”- Perdón no me di cuenta –levantándose de la cama-
Maca: Que hacés? –él estaba prendiendo la luz-
Yago: Tiendo la cama –agarrando las sabanas y tendiendo todo. Cuando termino, apago la luz, y se acostó de nuevo- Veni –me tomo de la cintura, y me acerco a su cuerpo, yo lo abrace, y puse mis pies junto a los suyos- Estas helada –me dijo-
Maca: Perdón –y otra vez, me quede dormida mientras él me daba calor-

Al día siguiente, me desperté, por sentir unos cálidos besos en mi cuello. De Yago.

Maca: mmm… -despertándome- amor –dándome vuelta para abrazarlo-
Yago: Dormiste bien –dándome un beso en mi frente-
Maca: Si, más o menos –con mis ojos cerrados del sueño-
Yago: Por? –ya preocupado-
Maca: Tenia frio –me queje-
Yago: Perdón –volvió a pedirme-
Maca: Esta todo bien –reí- después me diste calor –lo alivie- te amo –bese su nuca y volví a dormir-

Al cabo de una hora, sentí que el celular de Yago sonaba. El apurado para tomar el teléfono, atendió.

-Conversación telefónica-

Yago: Hola –mirándome, y yo como cara de “quien es?”-
-Buen día, amor
Yago: Ah Buen día –el me acariciaba la cara-
-Como estas? Recién te levantas?
Yago: Si, me acabo de levantar –dijo el-
-Ya estoy yendo a tu casa, estaba comprando facturas para desayunar –pausa- queres?
Yago: No, no estoy en el departamento
-Y donde estas?
Yago: En la casa de… de un amigo –mintió. Al escuchar eso, quite su mano de mi cara y me fui al baño, el me vio que me iba enojada. Ya sabía quien era-
-Que amigo? –Pregunto celosa-
Yago: Perdoname Paulina, me tengo que ir, chau –corte-

-Fin de la llamada telefónica-

Yago: Maca –me golpeo la puerta del baño-

Yo prendí la ducha, y me entre a bañar, ignorando que Yago me llamara. Mis lágrimas se mezclaban con el agua. Lloraba de la bronca, celos. Después de haber pasado eso anoche, me acorde que estaba con ella aun.


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