jueves, 1 de noviembre de 2012

Capitulo 39


Novela: “Esta es mi historia, no un cuento de hadas

Capitulo: Treinta y nueve

Y ella obediente se fue a dormir al igual que yo.
El reloj nuevamente marcaba las cuatro y media. Me levante, me bañe y me peine. Y lo mismo hice con Victoria. Comí algo y luego nos fuimos hacia el departamento de Yago.
Tenía las llaves, pero no las ocupe por “miedo” de que se enoje, entonces, toque el portero. Él al saber que era yo, bajo rápidamente y nos abrió la puerta.

Vicky: Paaaaaapi! –Lo saludo y Yago la levanto en sus brazos-
Yago: Vickita –rio y le dio un beso en su mejilla- te extrañe mucho
Vicky: Yo tamben –tierna-
Maca: Yo me tengo que ir a trabajar –con una voz triste-
Yago: Esta bien –cortante, y sin mirarme-
Maca: A las nueve salgo –pausa- a esa hora la vengo a buscar, si? –aun continuaba hablando así-
Yago: No yo la llevo, no te preocupes –pausa- chau
Vicky: Chau mami
Maca: Chau –deje un beso en la frente de Vicky y me retire-

Nuevamente, me subí en aquel auto en el que antes había venido; y me fui de aquel lugar para poder ir a trabajar.
No sé si les conté, pero yo trabajaba en un local de ropa. Cumplí mis horas, y me prepare para irme. Como estacione mi vehículo muy lejos de la zona, me fui caminando hacia allí.
Estaba a una cuadra y media, todo estaba muy oscuro, ya que hacía mucho frio no había gente en la calle. De pronto, en la esquina, veo unos tipos sentados, con una botella de alcohol, al parecer estaban borrachos, y muy.

-Hola hermosa –dijo uno, mientras yo asustada, caminaba más rápido-
-Espera, porque te apuras chiquita, veni, ponele onda a la fiesta! –Dijo el más ebrio-

De pronto, sentí que me estaban siguiendo y gritando barbaridades. Empecé a caminar mucho más rápido, diría que estaba corriendo. Y uno que estaba detrás de un árbol, salió y apareció frente mío.

-Donde ibas? –riendo-
Maca: Déjenme! –grite-
-Te recomiendo que te calles –me agarro fuertemente mi brazo-
Maca: Soltame me estas lastimando –grite mas fuerte-
-Es porque no te imaginas las cosas que te vamos a hacer –dándome un beso en el cuello-
Maca: Salí tarado –empujándolo con todas mis fuerzas-
-A mi no me tocas! –apretándola más fuerte aun mi pequeño brazo, haciendo que me retuerza del dolor-
Maca: Ay soltame –gritando y llorando al mismo tiempo-
-Entonces callate y seguinos –dijo uno de atrás-
Maca: Pero no me apretes fuerte por favor, me duele mucho –rogándole-

De pronto una voz, interrumpió ese horrible momento.

-Que pasa ahí? –Salió uno de su casa-

Automáticamente los chicos empezaron a correr, y el que me sostenía me soltó y se fue con ellos.

-Estas bien? –Pregunto el hombre de no más de cincuenta años-

Yo asentí, y eche a correr, realmente muy asustada. No pare de correr, hasta que llegue a mi auto, el cual lo abrí, cerré las puertas con seguro, y puse en marcha.
Llegue a mi casa –guarde en el garaje, por primera vez, debido a que quede re traumada por lo que paso- y Yago estaba en la puerta.

Yago: Macarena te parecen horas de llegar? Me dijiste que a las nueve venias –enojado con Victoria en sus brazos-
Maca: S..i si per..don –mi cara no era la mejor-
Yago: Pasó algo? –serio-
Maca: No –negué, mientras cargaba a Vicky dormida-
Yago: Mañana a qué hora sale del jardín? –me pregunto-
Maca: Doce –dije con una voz muy débil, pero que Yago lograba entender, y entre a mi casa cerrando la puerta, sin ni si quiera despedirme-

Acosté a Victoria en mi cama, cerré y trabe bien las puertas y ventanas, corrí todas las cortinas. Me quede despierta toda la noche, tenía como la cabeza en otra cosa. Estaba con mucho miedo. No comí, no tome agua. No tenía ganas de nada.
Las horas pasaban y me quede dormida en el sofá, ya que era la parte de la casa más cercana a la puerta de entrada, me quede ahí porque quería ver si alguien entraba.

A las cinco de la mañana me levanto, tenia frio –no estaba tapada, no tenía planeado dormir hay- me dolía el cuello, la espalda, ya que dormí sentada. Y sobre todo el brazo, lo tenia hinchado y con un moretón grande del tamaño de la mano del tipo, todo colorado. Me dolía mucho.

Fui como estaba a sacar hielo del frízer para ponérmelo, a si se me baje la hinchazón. El reloj marcaba las seis, y no podía ir en estas condiciones a la facultad. Tocaron el timbre, era Fanny.

Maca: Fanny –con mi cara destrozada, no porque me hayan pegado ahí, si no por cómo estaba-
Fanny: Mi vida que te paso? –pregunto alarmada-
Maca: Soy una estúpida, una estúpida

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